Un termostato es un aparato de control de un circuito, que deja pasar o cierra el paso dependiendo de la temperatura, para regular la temperatura de otro aparato o electrodoméstico.
Algunos de los aparatos o electrodomésticos que tienen termostato son la calefacción, calefactores, calentadores de agua de acuario o de terrario, aire acondicionado, frigorífico, radiadores de coche etcétera, es decir, todos los aparatos que dependen de la temperatura.
Con el tiempo y los avances tecnológicos han ido apareciendo termostatos nuevos. Los primeros fueron los analógicos controlados manualmente, después aparecieron los digitales, más tarde los inalámbricos, en los últimos años aparecieron los inteligentes con WiFi y finalmente, los más modernos, los termostatos modulantes.
Un pequeño resumen de las características de cada tipo de termostato:
Como era de esperar, la mejor forma de ahorrar en calefacción es bajando la temperatura. Cada grado bajado en el termostato equivale a, aproximadamente, un 7% de ahorro. Por ejemplo, si tienes la calefacción a 25ºC y pagas 120€ al mes, si la bajas a 22ºC pagarías aproximadamente 95€
La temperatura adecuada en casa es de 21ºC-23ºC. Por encima de esa temperatura se estaría gastando más energía y más dinero, no hace falta que parezca verano en casa y llevar manga corta para luego, al salir la calle, el cuerpo sienta un contraste de temperatura muy alto y sea más fácil coger un resfriado. Y al contario, por debajo de esa temperatura es posible que la casa siga fría y se esté gastando gas y dinero para nada, para seguir pasando frío, a no ser que tú y tu familia os encontréis bien y no tengáis frío a menos de 21ºC.
Si tu termostato es programable, es mejor tenerlo programado para que se encienda por la tarde-noche, se apague por la noche y se vuelva a encender por la mañana un rato antes de levantarte. Haciendo esto, se garantiza tener la casa cálida por la tarde-noche, ahorrar durante toda la noche mientras dormimos y volver a calentarla para cuando te levantes. También se puede programar para que se encienda un rato antes de tu hora de llegar a casa y recibir una sensación agradablemente cálida al abrir la puerta.
Si tienes un termostato inalámbrico o modulante, puedes calentar solo la habitación donde estás o estáis y ahorrar gas y dinero en las demás habitaciones de la casa donde no hay nadie.
Definitivamente, el mejor termostato para ahorrar calefacción y dinero es el termostato modulante.
Vamos a comparar su funcionamiento con el peor termostato para ahorrar, que es el análogo. El termostato analógico es el que menos ahorra porque es el que menos precisión tiene.
Supongamos que estamos en el salón de casa y queremos que esté a 22ºC.
La rueda del termostato analógico está en los 22ºC. Al principio, el salón está frío y el termostato manda la señal a la caldera para que se encienda y se enciende a máxima potencia, hasta que el termostato nota que el salón ha llegado a los 22ºC, entonces manda la señal a la caldera para que se apague. Los radiadores siguen calientes un rato más, calentando hasta que empiezan a perder temperatura, llegando a más de 22ºC en el salón. Cuando los radiadores están fríos y la temperatura del aire baja de los 22ºC, el termostato vuelve a mandar una señal a la caldera para que se encienda y se vuelve a encender a la máxima potencia, gastando más energía y hay que esperar a que los radiadores vuelvan a calentarse, por lo que el salón está a menos de 22ºC un rato. Este proceso se repite todo el rato, en un ciclo de temperaturas superiores e inferiores a 22ºC y apagando y encendiendo la caldera a máxima potencia, gastando mucha energía y dinero.
El termostato modulante programado a 22ºC tiene mucha más precisión y eficiencia. Al principio, cuando el salón está frío, el termostato manda una señal a la caldera para que se encienda a máxima potencia y caliente los radiadores. Cuando la temperatura está llegando a los 22ºC deseados, el termostato manda una señal a la caldera para que baje su potencia pero sin apagarse, para ahorrarse el pico de encendido. De esta forma, los radiadores se enfrían más lentamente y, cuando la temperatura se acerca a estar por debajo de los 22ºC, el termostato modulante manda otra señal a la caldera para que aumente su potencia, sin llegar a la máxima potencia porque no está apagada ni fría del todo. Así, la temperatura se mantiene constante y se produce un ahorro muy grande al no tener que encender y apagar la caldera continuamente, además de modular su potencia para adaptarse a las necesidades de la habitación o de la casa.